Cómo hacer sidra de kéfir

Cómo hacer sidra de kéfir

Por lo general, aun cuando algunos disfrutan de las bebidas alcohólicas, claramente su consumo, sobre todo si es en exceso, no es saludable. Sin embargo, sí existe una alternativa para poder disfrutar de una bebida alcohólica y refrescante, aportando además nutrición al cuerpo: la Sidra kefirada.

Sin embargo, antes de explicar cómo prepararla, se revisarán algunas definiciones, que de seguro permitirán apreciar realmente las ventajas que trae el preparar y consumir esta bebida, tanto en épocas de verano, como de invierno.

El kéfir

De esta manera, se puede comenzar por decir que el kéfir ha sido explicado, por las distintas fuentes como un alimento probiótico. No obstante, también es necesario señalar que la palabra “kéfir” es empleada para nombrar dos distintos tipos de productos, por lo que a la hora de considerar su definición debe pasarse la lupa sobre ambas.

Kéfir, nódulos

En consecuencia, se tendrá un primer producto que se denomina “kéfir”, y que está conformada por una masa o ecosistema microbiano, que se encuentra totalmente contenida por una matriz polisacárida, denominada kerifan, y en la que pueden coexistir al menos cuatro distintos microorganismos: lípidos, proteínas, levaduras y bacterias prebióticas.

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Con respecto a su apariencia, los nódulos del kéfir pueden ser descritos como una masa bastante parecida a la coliflor, debido a su color y apariencia, pero que a diferencia de esta planta presenta una textura acuosa y blanda.

Por otro lado, también puede encontrarse dos distintos tipos de nódulos, los cuales se diferencian según el tipo de producto que sean capaces de procesar: de esta manera, se encontrará un kéfir capaz de procesar fermentos a base de leche, el cual es bastante popular y recibe el nombre de kéfir de leche; así mismo, existe el kéfir de agua, conjunto de microorganismos que cuentan con la cualidad de procesar agua y azúcar.

Kéfir, bebidas fermentadas

Así también, la palabra “kéfir” es empleada para referirse a las bebidas fermentadas que se producen gracias a la metabolización que hacen los microorganismos denominados kéfir en base a ciertos productos.

Por consiguiente, se puede encontrar un producto lácteo fermentado, bastante parecido al kéfir, el cual es procesado por los nódulos denominados kéfir de leche, y que resulta bastante popular, por constituir la forma segura de consumir lácteos para las personas que resulten intolerantes a la lactosa.

Además, existirá también el kéfir de agua, el cual se producirá en base a la fermentación de agua y azúcar por parte de los nódulos que tienen la capacidad de procesar estos dos productos. Este no suele ser tan popular, pero es el que se utiliza para producir bebidas refrescantes como gaseosa, cerveza o sidra kefirada, así como para realizar masa madre, para la fabricación del pan.

Origen del kéfir

En cuanto al origen de este alimento, los expertos señalan que puede señalarse como un producto que ha sido conocido, usado y cosechado por la humanidad hace miles de años. Empero, las circunstancias propias de su descubrimiento siguen siendo un misterio, aun cuando existen dos teorías que riñen entre ellas por posicionarse como la verdadera.

Así las cosas, existe una primera versión, promovida por la religión musulmana, que señala que el kéfir fue dado a Mahoma, en forma de maná, por el propio Alá, deidad esta que le enseñó además cómo producirlo y usarlo.

De hecho, durante siglos, el kéfir fue uno de los grandes secretos del pueblo islámico, el cual ve en este alimento un prodigio, capaz de proporcionarle nutrición y grandes propiedades medicinales, por lo que no es de extrañar que la palabra kéfir provenga de una voz turca, que puede traducirse literalmente como “bendición” o también “salud” o “elixir”.

Otra de las versiones que existe sobre el kéfir, y que puede que ronde un poco más los terrenos de la realidad pragmática, es aquella que refiere que este alimento de seguro fue descubierto hace miles de años por un pastor, el cual es probable que dejara un poco de leche en su zurrón, objeto que para esa época era fabricado con el estómago de animales, y que al volver por el líquido, lo encontrara fermentado, descubriendo de esta forma el kéfir.

Propiedades del kéfir

Sin importar cuál de las dos versiones sobre el descubrimiento del kéfir sean ciertas, lo verificable es la gran cantidad de propiedades que se han podido determinar en este alimento probiótico, y que hacen que se constituya como una de las grandes opciones para una dieta saludable, natural y orientada a preservar la salud, o incluso a curar ciertas condiciones.

En cuanto a esto, por ejemplo, los distintos científicos han señalado que el kéfir –tanto el de leche como el de agua- constituye una masa probiótica, que tiene la capacidad de mantener a raya cualquier clase de infección, así como ciertos hongos y bacterias, que podrían considerarse de gran peligro para la salud humana.

Además, el kéfir es señalado como un gran regenerador de la flora intestinal, así como un alimento que tiene la capacidad de mantener los huesos fuertes, promover la hidratación del cuerpo, estimular la digestión, fortalecer el sistema inmunológico, mantener a raya la contaminación por cándida, entre otras propiedades.

Desde una perspectiva nutricional, los expertos han señalado que en el kéfir pueden encontrarse gran cantidad de alimentos, entre los que se encuentran los carbohidratos, las proteínas vegetales, vitaminas (A, C, D, E, K, B1, B2, B3, B5, B6, B9 y B12) al igual que gran cantidad de minerales, vitales para el correcto funcionamiento del cuerpo humano (Calcio, Cobre, Fósforo, Hierro, Manganeso, Magnesio, Potasio, Selenio y Zinc).

Cómo hacer sidra kefirada

Toda vez se han revisado estas definiciones, puede que sea entonces mucho más fácil entender por qué es tan sano producir bebidas refrescantes a base del alimento conocido como kéfir, como por ejemplo la sidra.

Para prepararla, será necesario entonces reunir los siguientes ingredientes: dos o tres (2 o 3) tazas de zumo de manzana, previamente colado / una (1) cucharadita de nódulos de kéfir de agua.

Aun cuando los ingredientes para elaborar esta bebida son bastante sencillos, tal vez su proceso no lo sea tanto, pues se necesita de un proceso de fermentación, que además llevará algunos días, por lo que si se tiene pensado usar para una fiesta o reunión especial, se deberá tener en cuenta el tiempo de elaboración previa.

De esta forma, se comenzará por tomar la botella en donde se preparará la sidra, y se desinfectará y esterilizará con agua caliente. Pasado este proceso, se deberá colocar entonces el jugo de manzana y los nódulos de kéfir. Se tapará herméticamente, y se le permitirá a la preparación fermentarse por un tiempo de dos o tres días, tiempo durante el cual se abrirá ocasionalmente la botella, para liberar gas, y evitar que la botella estalle.

Transcurrido los tres días, se deberá probar el producto, sin alarmarse por el sabor un poco dulce que se ha obtenido. Si se quisiera tener un sabor menos amargo, se podría agregar azúcar o panela, teniendo conciencia de que se le debe permitir a la bebida fermentar por al menos veinticuatro horas más.

No obstante, es necesario tener en consideración de que la sidra no debe exceder su tiempo de fermento, puesto que al pasarse comenzará a tener un sabor a levadura, bastante amargo. Por ende, una vez pasado los primeros tres días, lo mejor será agregar azúcar y colocar la bebida en la nevera, a fin de endulzar, manteniendo estable la fermentación, es decir, haciéndola un poco más lenta.

Durante este tiempo, se requiere también tener la precaución de abrir de vez en cuando la botella, para permitirle que libere un poco de gas, y evitar accidentes dentro de la heladera, como posibles explosiones o derrame. Otro de los consejos útiles en la elaboración de esta sidra, es la de agregar junto con el azúcar del final del proceso, un poco de zumo de manzana, lo cual le devolverá el sabor a sidra dulce, sin afectar para nada el proceso de fermentación que se ha desarrollado.

Cuando se pruebe, y se haya conseguido el sabor deseado, no queda más que servirla, lo cual se recomienda hacer desde una altura prudencial, a fin de que en la caída el líquido se llene de aire, y entonces se obtenga una sidra mucho más espumosa.

Es también necesario señalar que aun cuando la sidra baja su velocidad de fermentación al enfriarse, esta igual continúa, por lo que en algún momento la bebida cambiará su sabor, avinagrándose. Por lo tanto, si se desea tener sidra de forma continua, entonces lo mejor será comenzar el proceso varias veces, con diferencias de días, para que siempre exista producción a la mano.

Esta bebida resulta bastante saludable para todas las edades. Sin embargo, no se puede perder de vista su contenido alcohólico y de azúcar, por lo que toda persona con algún problema preexistente de salud, como por ejemplo la diabetes debe tenerse en consideración a la hora de probar esta bebida.

La sidra constituye una bebida de bajo grado alcohólico, que resulta bastante alimenticio por su gran contenido de vitamina C, existentes en la manzana, y muy refrescante debido a su tono ácido y espumoso.

Imagen: pixabay.com

Bibliografía ►
El pensante.com (marzo 21, 2020). Cómo hacer sidra de kéfir. Recuperado de https://elpensante.com/como-hacer-sidra-de-kefir/