El Calvinismo

El Calvinismo

Entre las distintas doctrinas religiosas que hay en el mundo, se encuentra el Calvinismo, el cual puede ser definido –a grandes rasgos- como un sistema teológico protestante, que tiene como base los postulados teológicos de Juan Calvino, así como de otros grandes teólogos contemporáneos a este.

Sin embargo, para lograr una mejor comprensión de esta Doctrina puede que sea necesario revisar algunos de sus principales aspectos, de forma breve y detallada. A continuación, algunos de los aspectos más importantes del Calvinismo.

¿Qué es el Calvinismo?

De esta manera, se comenzará por explicar qué es aquello que se conoce con el nombre de Calvinismo. En consecuencia, tomando como base las distintas definiciones, el Calvinismo puede ser entendido como un sistema teológico, que toma como base el pensamiento de Juan Calvino, entre otros teólogos, y que plantea la importancia de reconocer la voluntad de Dios, y cómo esta influye sobre todas las cosas y áreas de la existencia.

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Así mismo, el Calvinismo también es definido como la teología cristiana que más influencia tuvo en el desarrollo de las iglesias protestantes, que se gestaron dentro de la tradición reformada. En cuanto a sus propias bases, además de la influencia de Juan Calvino, puede decirse que esta doctrina tiene como bases las tradiciones teológicas paulina y agustiniana.

Además de la voluntad de Dios, a quien reconoce como soberano absoluto de su Creación, el Calvinismo cree también en la justificación de Dios sólo por medio de la fe, uno de los puntos en donde más se puede ver la influencia de la tradición teológica agustiniana.

¿Quiénes fundaron el Calvinismo?

De acuerdo a lo que señalan las distintas fuentes, el Calvinismo fue desarrollado por varios teólogos, durante varios debates confesionales y eclesiásticos, llevados a cabo durante el siglo XVI. Entre ellos destacan algunos nombres como los de Martin Bucer, Ulrico Zuinglio, Heinrich Bullinger, Teodoro de Beza o Gillaume Farel.

No obstante, el teólogo más influyente en el desarrollo de esta doctrina fue Juan Calvino, quien se erigió como una figura de gran influencia en los debates confesionales que sirvieron para sentar las bases de este sistema teológico, al punto de que lleva su nombre. E incluso, en épocas modernas, el término calvinismo es tomado también para agrupar todas aquellas doctrinas que se identifiquen como pertenecientes a las Iglesias reformadas.

Según señala la Historia, y aun cuando los demás teólogos tuvieron también aportes de gran importancia, Calvino trabajó con fervor en el desarrollo de las doctrinas en las que se sustentaría la Reforma protestante. En este sentido, sus biógrafos han señalado que ya para 1534, a la edad de 25 años, Calvino comenzó la redacción de su Institución de la Religión Cristiana, célebre obra que publicaría por primera vez en 1536, y que corregiría y completaría a lo largo de su vida.

Así mismo, Calvino fue autor de numerosas cartas pastorales, documentos teológicos y comentarios bíblicos, que tuvieron una repercusión contundente en las bases del protestantismo. De ahí que esta doctrina religiosa tome su nombre, y lo reconozca como la guía de su sistema teológico.

Al final de su vida, Calvino compartió la suerte de los numerosos protestantes que fueron perseguidos y asesinados en Europa. Según señalan sus biógrafos, Juan Calvino fue expulsado de Ginebra. Posteriormente, fue apresado en Viena y condenado a la Hoguera, pena de la que logró estacar. No obstante, fue apresado nuevamente en Italia, en donde luego no pudo escapar nuevamente de su condena a ser quemado vivo.

Breve historia del Calvinismo

Con respecto a la Historia de este sistema teológico, los Historiadores coinciden en señalar el origen del Calvinismo en la obra Institución de la Religión Cristiana, escrita por el joven teólogo Juan Calvino, en 1536.

Así mismo, resalta en la Historia, el Sermón dado por Nicolás Cop, rector de la Universidad de París, en el año 1533, durante la misa del Día de todos los Santos, el cual se encontraba pleno de máximas, que resultaban contrarias a lo que el dogma católico practicaba en aquel momento, y que habían sido estudiadas y analizadas por el joven estudiante Juan Calvino.

Tras la excomunión de Martín Lutero, por parte de la Iglesia católica romana, y quizás queriendo huir del clima de persecución que había en Francia, Calvino se refugió en Ginebra, Suiza, en donde se dedicó a difundir sus ideas teológicas, basadas en la fe absoluta sobre Dios y en la necesidad de una férrea moral. En este país, Calvino ganó rápidamente un gran grupo de adeptos, los cuales recibieron oposición con violencia.

Sin embargo, el viaje de Calvino hacia Suiza no disipó el protestantismo en Francia, país este en donde los antiguos discípulos de Calvino continuaron levantándose contra el dogma católico. Empero, con el paso de los años las luchas de los protestantes, las cuales después de la muerte de Francisco I, tomaron tintes políticos.

De acuerdo a lo que señalan los historiadores, se puede entender entonces que la primera etapa del Calvinismo ocurre antes de la ida de Calvino a Suiza, mientras que la segunda sobreviene precisamente con este evento. Además, la Historia señala que es en esta segunda fase de la evolución de esta doctrina religiosa que se puede hablar del surgimiento y crecimiento de las distintas iglesias reformadas, o iglesias calvinistas.

Pese a las persecuciones y terribles masacres a las que fueron sometidos los protestantes, tanto por la Iglesia católica como por los reyes católicos, que en ese momento dominaban en Europa, el Calvinismo no desapareció, sino que fue ganando adeptos a lo largo y ancho del viejo continente.

Según indican las fuentes especializadas, durante el siglo XVI, el Calvinismo viajó a lo largo de los países Bajos, ganando gran número de adeptos en aquellas zonas limítrofes a Alemania, Inglaterra, Francia, así como en Hungría, Lituania y Polonia.

Así mismo, este sistema teológico cruzaría el océano, en el corazón de los colonos que llegarían al Atlántico Medio de Estados Unidos y a Nueva Inglaterra, de ahí que la mayoría de este país sea protestante, a diferencia de la tradición católica que existe en Latinoamérica, y que se explica por la conquista española, quien se mantuvo firme en su catolicismo.

Con respecto a África del Sur, la Historia señala que esta zona también es eminentemente protestante, puesto que los primeros colonizadores eran neerlandeses calvinistas. Aún con los intentos históricos de aplicar el Calvinismo, que surgieron durante sus primeros estadios, en el siglo XXI, según datos de las organizaciones se considera que existen unos 75 millones de protestantes alrededor del mundo.

Características del Calvinismo

Aun cuando es una doctrina cristiana, el Calvinismo o protestantismo guarda sus diferencias bien marcadas con respecto a las otras iglesias o sistemas teológicos, que basan su fe en Cristo, como por ejemplo la Iglesia católica. A continuación, algunas características o rasgos de esta doctrina.

  1. Uno de sus principales rasgos es la creencia absoluta en Dios, al cual considera un ser poderoso y soberano. A diferencia de los católicos, los protestantes, es decir, las doctrinas guiadas por el Calvinismo no creen en Santos  ni le rinden veneración a la virgen María. Para esta doctrina, María tiene importancia, en tanto fue la madre terrenal de Jesús, por su parte, consideran que cualquier persona que tenga fe en Dios y se comporte de forma moral puede ser considerada un santo.
  2. Así también, el Calvinismo se caracteriza por no considerar el Sacerdocio como un sacramento. En tal sentido, en lugar de sacerdotes, los protestantes son guiados por pastores, presbíteros y diáconos.
  3. Tal como no reconoce el Sacerdocio como sacramento, las doctrinas calvinistas tampoco reconocen la autoridad papal. Por ende, cada iglesia es independiente y autónoma, teniendo como guía la propia doctrina.
  4. Por otro lado, los calvinistas se distinguen también por considerar que Cristo no se hace presente en la eucaristía. Para esta doctrina, Cristo está presente en el espíritu de forma cotidiana, mientras que el pan y el vino son tan sólo símbolos de sus enseñanzas.
  5. Otra diferencia con los católicos es el hecho de que además de que los protestantes no creen en los santos o en la virgen María, tampoco aceptan la presencia o culto a las imágenes.
  6. De igual forma, el Calvinismo guarda diferencia con la Iglesia católica también en cuanto a su concepto de salvación. Por ende, mientras que los católicos señalan que el hombre gana la salvación debido a la acumulación de actos buenos y bondadosos, para los protestantes la fe en la gracia y el poder de Dios es suficiente para salvar al hombre.
  7. No obstante, el Calvinismo no cree que cualquier humano puede salvarse, a diferencia de los católicos que piensan que según las obras y el arrepentimiento de los pecados puede alcanzarse la gracia divina, los protestantes consideran que cada persona viene predestinada a salvarse o a condenarse.
  8. Igualmente, la doctrina calvinista tiene una gran apertura a las actividades económicas como parte de la vida de sus practicantes. En tal sentido, esta doctrina considera que cualquier actividad humana es vista de forma favorable por Dios, incluidas las actividades económicas, como por ejemplo los préstamos, el cobro de intereses, etc.

Imagen: estatua de Juan Calvino, ubicada en Budapest /fuente: pixabay.com

Bibliografía ►
El pensante.com (agosto 22, 2019). El Calvinismo. Recuperado de https://elpensante.com/el-calvinismo/