Ensayo sobre Donald Trump

Sin embargo, una personalidad tan arrolladora y versátil solo puede ser analizada en cada uno de sus aspectos, los cuales aun cuando pueden considerarse como parte de su personalidad, así como una sucesión de etapas, son tan complejos en sí mismo, que vale la pena su estudio por separado. En este sentido, la historia de este magnate podría ser analizada desde los siguientes puntos:

Trump, magnate

Quizás una de las primeras etapas vividas por Donald Trump fue la de hombres de negocios, lo cual se podría decir que le viene por herencia, al ser hijo de Fred Trump, importante empresario inmobiliario, quien desde temprano –según insinúan algunas biografías- le enseñó a su hijo el secreto de ser un hombre de gran sagacidad y enormes ganancias. En consecuencia, cuando ya había terminado su educación primaria, así como un breve paso por la Academia Militar de Nueva York, Donald Trump ingresó a la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania, en donde se graduó en 1968, obteniendo su título como Bachelor of Science, en Economía y Antropología.

Desde entonces, la carrera de Donald Trump se disparó en ascenso sostenido, haciéndose una sólida carrera en el negocio inmobiliario, dentro de la empresa creada por su padre: Elizabeth Trump and Son, empresa que había hecho fortuna construyendo viviendas dirigidas a la clase media. No obstante, Donald Trump venía con otros horizontes, los cuales pondría en práctica encargándose de dar un nuevo giro al Swifton Village, edificio de condominios que pertenecía a la empresa de su padre, y que el joven Donald Trump convertiría en un moderno complejo de apartamentos, revalorizándolo en cerca de un millón de dólares, apenas en una década.

Apenas tres años después de haber ingresado en la empresa de su padre, Donald Trump ya había adquirido el control de esta, implementando algunos cambios que la harían crecer exponencialmente. En primer lugar, Donald Trump decidió que era hora ya de dejar de lado Ohio, para trasladarse al corazón de Manhattan. Igualmente, para él, era necesario un nombre más moderno, por lo que la compañía se refundó como Trump Organization, lo cual constituía mucho más que un cambio de nombre, ya que los Trump abandonaban el negocio de los bienes raíces dirigidos a la clase media, para dedicarse a la construcción de condominios de lujo, destinados a la flor y nata de la sociedad neoyorquina.

Entre muchos de sus acertados negocios de esta época destaca la compra y reconstrucción del Commodore Hotel, el cual fue adquirido en bancarrota por este magnate, y vendido a los pocos años, como  el Grand Hyatt New York, en 142 millones de dólares. Donald Trump estaba en su mejor momento, demostrando que había aprendido bien la lección y seguido y mejorado los pasos de su padre. De hecho parecía estar bendecido por el don del rey Midas, que todo lo que tocaba se convertía en oro.

Declive económico

Sin embargo, es bien sabido que todo lo que sube debe bajar en algún momento. Fue así, como a finales de los años noventa, las decisiones de Donald Trump parecieron tomar un camino errático, que pronto lo conduciría a la bancarrota. Según lo señalado por los analistas, uno de sus principales errores fue la adquisición del Taj Mahal Casino, negocio hecho por el magnate en 1988, y que lejos de significar ganancias, en realidad fue el comienzo de una mala racha para un hombre acostumbrado a ganar.

Empero, lejos de rendirse, estos fueron los años donde Trump demostró más su capacidad para negociar, pues en un sorprendente golpe de suerte, los bancos y corporaciones se mostraron compresivos, aumentando los plazos para responder sus deudas y salvando al magnate de la crisis. Era el año 1991, y Trump se recuperaba de los terribles números rojos, para volver a cabalgar galopante sobre la cima de los negocios.

Trump, celebridad

Así también, el nuevo milenio no traería sólo una nueva época de afortunados negocios en donde no se podía ver ningún vestigio de las pérdidas pasadas, sino que marcarían el inicio de una nueva etapa en la vida de Trump: el de celebridad televisiva. Al respecto, sus biógrafos señalan como el primer contacto del magnate con este medio, los concursos de belleza, a los cuales ingresó al hacerse uno de los mayores accionistas de la Organización Miss Universo, acciones estas que compartía con la cadena televisiva NBC.

Sin embargo, con el tiempo, la pasión por el negocio de la televisión daría un paso adelante en la vida de este magnate, quien en el 2005 protagonizó unos de los primeros Realitys Show que llegaban a la pantalla, permitiendo que todo Estados Unidos, y el resto del mundo pudieran ver su estilo de vida, y aprender el secreto de su éxito en los negocios, mientras 18 concursantes pelean a muerte por obtener un contrato que les permita manejar una de las empresas de este gigante de las finanzas. Desde entonces, hay quien dice, el magnate le ha tomado cariño a la polémica y a los escándalos noticiosos, hechos estos que algún crítico de mirada aguda ha identificado como formas bastantes económicas de hacer publicidad sobre su imagen,  y por ende, sobre sus empresas.

Trump, el político

Esta imagen de celebridad daría todavía un paso más, el cual sorprendería incluso a más de uno: postularse a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y más impactante aún, ganarla y convertirse en el Presidente de una de las naciones más importantes de la esfera mundial. Sin embargo, para quienes puedan llegar a pensar que esto es un hecho inesperado, algunos periodistas han indicado que el interés de Donald Trump es de vieja data, y que puede remontarse incluso a las últimas dos décadas del siglo XX, cuando dio su apoyo financiero a Ronal Reagan, quien llegó a convertirse en presidente de Estados Unidos en 1981. Igualmente, desde el 2011 son varios los candidatos que ha respaldado, independientemente del partido al que pertenecen.

De esta manera, a pesar de los fuertes escándalos electorales, cuya raíz primordial fueron sus declaraciones sobre temas delicados como la situación de los inmigrantes en suelo estadounidense, las nuevas restricciones sobre la política migratoria de Estados Unidos, que de más está decir constituye el sueño migratorio de algunos latinos, e incluso los anuncios de este candidato respecto a sus intenciones de construir un muro en la frontera de Estados Unidos con México, Trump logró hacerse Presidente, resultando vencedor el 8 de noviembre de 2015, ante su rival Hilary Clinton.

Profecías sobre Trump

Desde entonces la opinión pública mundial, sobre todo la Latinoamericana se tiñó de cierto pesimismo, pues desde el primer momento se supo que el nuevo presidente no traía buenas intenciones hacia las facilidades de inmigración que tendría la población latina en país del sueño americano. No obstante, por otro lado, teniendo en cuenta las experiencias y capacidades de este empresario para salir de la bancarrota y convertir en negocios millonarios compañías desahuciadas, hizo también que muchos vieran con buenos ojos su llegada al poder, esperando que esta se traduzca en una mejoría de la Economía estadounidense, la cual se vio gravemente afectada desde la crisis del 2007.

Por consiguiente, no se puede hablar de un Trump totalmente bueno, ni un Trump compretament malo, pues depende –al igual que en el resto de su vida- el cristal con el que se mire, y los aspectos que se evalúen para sacar un criterio sobre uno de los presidentes y de los personajes más polémicos de la escena mundial, y sobre quién nunca se ha podido saber cuál será el próximo paso a seguir.

Imagen: flickr.com